viernes, 1 de agosto de 2008

Distopías

Llevo unos días escuchando la radio, bueno, más que la radio, un par de emisoras: La SER y Radio 9. Normalmente no haría referencia a ellas, pues al ser medios hablados, no queda mucha constancia de lo que en ellas se dice salvo que consigas una grabación... pero la cuestión es que este asunto empieza a recordarme una famosa novela distópica: 1984, de George Orwell.

En referencia a la cadena SER (programa de deportes de Valencia), un sólo apunte para su redacción de deportes:

El País (3/3/08):
"El Juzgado de lo Social número 13 ha desestimado la demanda interpuesta por el jugador David Albelda contra el Valencia CF para la rescisión de su contrato, según han informado fuentes jurídicas. El jugador reclamó al club valenciano la extinción de su contrato por vulneración del derecho a la ocupación efectiva y frustración de sus espectativas profesionales, y pidió una indemnización de sesenta millones de euros, cantidad correspondiente a la cláusula de rescisión de su contrato."


... por mucho que ustedes se empeñen en asegurar, afirmar y repetir que el Sr. David Albelda no denunció al Valencia CF. Y este recorte proviene de uno de los medios pertenecientes, al igual que ustedes, al grupo empresarial PRISA (la transcripción es literal, así que no me hago responsable de las espectativas creadas).

Por otra parte, anoche escuché unas declaraciones del nuevo entrenador del Valencia CF a Radio 9: Unai Emery. Anteponiendo a todo mi idolatría por este hombre y todo lo que ha conseguido en su breve carrera como entrenador, debo decir que lo de ayer me parece un esperpento más en los devaneos de este club con el abismo. Lo que hace unas semanas era un discurso del tipo: "Debemos buscar la salida más conveniente para Albelda y el Club.", está comenzando a devenir en un: "Albelda es muy importante para nosotros". Y el asunto no me gusta un pelo. Aquel que en su momento fuera catalogado por un niño como El mejor capitán del mundo, se ha convertido en un mequetrefe, vendido a las garras de los que llegaron a calificarle de asesino tras el primer encuentro de Zidane en España o de los que pidieron su cabeza al seleccionador nacional en el pasado Mundial. Interpuso una demanda contra nuestro club porque el señorito no quería ver perjudicados sus intereses, intereses que, evidentemente, no eran los del entrenador que en aquel momento ostentaba la dirección deportiva del club. Podríamos entrar a valorar la capacidad o no del entrenador, pero es indiscutible la falta de amor por el club de un señor que convirtió en vileza una rueda de prensa en la que, para más inri, se hizo el ofendido y en la que buscó el apoyo de la masa derramando unas lágrimas de las que muchos desconfiamos. Y si a esto añadimos que el perjudicado puede ser un jugador joven, pero de demostrada cualidad, como es Maduro, el esperpento puede ser mayúsculo, por mucho que la apisonadora mediática quiera hacernos creer lo contrario.

Por el bien del Valencia: "¡Unai, recapacita!"

PD: Entendemos por distopía un subgénero de la Ciencia Ficción que narra una realidad opuesta al ideario de la utopía, es decir, en una sociedad opresiva, totalitaria o indeseable. En el caso que nos ocupa, en referencia a la novela de Orwell, nos referimos a la existencia de un Ministerio de la Verdad (en la novela) encargado de reescribir la historia con el fin de que las previsiones del Gran Hermano coincidan con la realidad, o con el de reajustar acontecimientos pasados con acontecimientos del presente o del futuro inmediato.

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