Hace la friolera de cuatro años que no disfrutaba del fútbol tal y como lo hice en la noche de ayer. Tras aquel 0-2 contra el Sevilla, culminación de la temporada del doblete, no había conseguido emocionarme con el Valencia... y ayer volví a hacerlo.
Han sido cuatro años de decisiones desastrosas, de errores continuos que la gran mayoría de aficionados no entendíamos y que nos hicieron sentirnos engañados por una directiva incompetente y falta de los conocimientos mínimos para dirigir un equipo de fútbol. Y, aunque no considero a los actuales dirigentes excesivamente capacitados, parece ser que esta vez sí se ha acertado en, al menos, una decisión: contratar a Unai Emery.
El partido de ayer, con algunos defectos heredados, vuelven las sensaciones que transmitía el equipo de Rafa Benítez: control. Independientemente de la victoria, del juego o de la situación, el equipo parece tener claro lo que quiere y, por encima de todo, parecen no importarle las circunstancias. Y eso, mola.
PD: Tras un año sabático, desterrado de Mestalla, vuelve el murciélago.
PD2: Que grato es volver a tener estas sensaciones, y más contra el Real Madrid ;)
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