Camino a la redención

En nuestro querido Valencia C.F. vivimos momentos duros. Tan duros que no sabemos si suicidarnos o dejar que nos suiciden, menudo dilema. El caso es que, conociendo los diferentes momentos por los que este equipo ha pasado desde que tengo uso razón, la esperanza es lo último que se pierde... y sin esperanza este mundo es una mierda (aún más grande).
El caso es que no tenemos un duro, sobrevivimos Dios sabe como, los jugadores decisivos se iran o ya se han ido (xe, bon vent i barca nova),... pero, que cojones, los del carro seguimos aquí (no Raúl, no. Tú no eres de los nuestros).
El problema radica en que no se si lo que nos viene encima nos va a enmerdar aún más o nos va a suponer un renacer cual ave fénix triunfadora. Vaya usted a saber.
A la marcha de Villa (que bueno que estuviste), la posible de Silva, la de Zigic, mas los posibles futuros vendidos, se una una lista de posibles que ríase usted de la banda de los Miamis (por lo de malos): Colunga, Adúriz, Sergio García (el de los coches tuneaos),... ¡Madre del amor hermoso! que diría aquel.
Uno, que ya ha vivido de estas unas cuantas, se pregunta si no sería mejor apostar de una puta vez por lo que tenemos en la casa: los Isco, Alcázer, Aaron, Joel... No es una cuestión de darles 60 partidos, pero sí, al menos, la oportunidad de jugar de verdad en este equipo y no los partidos de la basura. Si se hace lo de Soldado, que me parece de lo mejor que se puede fichar, tendríamos un delantero titular y la posibilidad de que los chavales salgan y se fogueen en los minutos restantes. Malgastar 5 o 6 millones (si no son más) en medianías que cobran un pastizal (1,8 millones netos S. García en el Betis) no supone revertir una situación de por sí insostenible si no más bien todo lo contrario. Con una plantilla de más de 30 jugadores no deberíamos plantearnos llenarla aún más si no todo lo contrario.
Sabemos todos que la travesía en el desierto durará unos años pero, por favor, no la alarguemos más allá de lo necesario