lunes, 6 de septiembre de 2010

Hace tiempo que leo críticas de libros, muchas veces he leído alguna que no terminaba de encajar con el libro que yo estaba leyendo y otras, muchas, me he dejado guiar por ellas para encontrar autenticas joyas: la Carretera, por ejemplo.

Cuando lees lo indicado a continuación, uno piensa que debe encontrarse ante una puta maravilla mundial. Que tenemos un autor apocalíptico de talla mundial en esta piel de toro llamada España:

Título: Fin
Autor: David Monteagudo
Editorial:
Acantilado
352 páginas. 19 euros.

CUATRO TINTEROS

Un grupo de amigos se reune tras un largo periodo de poco contacto para rememorar la noche que vivieron en un refugio de montaña quince años atrás. Algunos van con parejas y otros solos, pero falta uno de ellos, aquél al que llamaban El Profeta por su moral católica. Por la noche, tras un inesperado apagón, ven que las estrellas lucen más brillantes que nunca. Por la mañana uno de ellos ha desaparecido. No será el último.
Se han utilizado muchas referencias externas para hablar de las excelencias del debut de David Monteagudo. Han sonado nombres como el de Albert Sánchez Piñol, Cormac McCarthy o Rafael Sánchez Ferlosio, autores que tienen en común con este lucense esa pasión por narrarnos grandes contradicciones psicológicas en historias herméticas.
Fin no es una obra fácil: es un cuento que viaja del drama generacional a la ciencia ficción más oscura. El verdadero motivo para dejarse subyagar por esta trama apocalíptica tarda más de cien páginas en ser desvelado. En ese caso, me recuerda mucho a la novela de Stephen King El cazador de sueños, donde un drama banal y generacional se va conviertiendo poco a poco en una pesadilla alienígena. Aunque Monteagudo no es tan fan de los efectos especiales como el autor de Carrie: su prosa asfixiante, capaz de hacernos temblar de miedo en espacios abiertos a pleno sol, suele ser rica en detalles, como esos estallidos de naturaleza salvaje, preludio de una gran tragedia. Y, al
contrario que King, Monteagudo huye de cualquier convencionalismo dentro del género, dejándonos el cuerpo maltrecho al compartir los miedos y dudas de sus protagonistas, sin explicaciones ni ataduras,
sólo el auténtico horror de no saber nunca realmente lo que pasa. Una (nueva) mirada certera al apocalipsis que está llamada a ser el debut literario de este año.


Por Manu González


Joder, es que lees las comparaciones y dices: "Madre de Dios!!!"
Pues va a ser que no. Que ni de coña. En dos palabras: una patochada. Si algunos críticos son capaces de valorar esta novela como de las mejores del año, entonces mejor que dejemos de leer literatura española actual.

El libro comienza de forma infantil, con una escena cuanto menos mal descrita. Pero es que luego pasamos a las descripciones pedantes y casi que es peor: descripciones ultra largas de cosas que no sabes por que las describe el autor. Pero eso no es lo peor...Lo peor es que no hay nada, es el puto vacío. A lo largo del libro no sabes que pasa, por que suceden las cosas y, lo que riza el rozo, es que no hay final. Y te quedas con una cara de canelo que tira para atrás. Y si a eso le añadimos un desarrollo en el que todos los personajes están encabronados entre si y no tienes ni pajotera idea de por que... pues tenemos un coctel que ni Dan Brown, tu. Y con leones, tigres, cabras montesas y galgos a tropel (lo mejor del libro es la escena de los galgos).

Si alguno tiene interés, hay un librito que tiene un inicio parecido (pero mejor todo lo demás) y que dejara mejor sabor de boca: Mecanoscrit del segon origen de Manuel de Pedrolo (hay versión en castellano como Mecanoescrito del segundo origen).

Un saludo

PD: El texto sale de Que Leer

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