jueves, 8 de octubre de 2009

El sueño de hierro - Norman Spinrad

Muchas veces me he preguntado si es realmente útil recomendar un libro. Cualquier intento de convencer a alguien de que haga algo que a nosotros nos ha gustado suele conllevar el riesgo de que, a posteriori, te pidan encarecidamente que, por favor, la próxima vez cerremos la boca. Este libro me plantea la seria duda de recomendarlo o no.

SPOILER

(Todo lo que viene a continuacion desgrana el contenido del libro, así que si quieres leerlo es bajo tu responsabilidad)

El libro, como tal, nos llega dividido en dos partes:
1.- El 95% del mismo es una novela dentro del propio libro: El señor de la svástica. Escrita por un ucrónico Adolf Hitler, que ha abandonado Alemania para irse a vivir a los EEUU, donde vive como mediocre escritor de Ciencia Ficción.
2.- El resto del libro es una falsa crítica a dicha obra, en la que además se nos cuenta brevemente la vida de Hitler.

Tomando como base el falso libro (y sustrayéndonos por completo de la parte crítica), nos encontramos con una narración panfletaria, una apología del racismo, escrita en clave de CF, donde Feric Jaggar (a Hitler encubierto) alcanza el poder de un territorio llamado Heldon al más puro estilo hitleriano: usurpación del poder. Acontecemos al surgimiento de un minúsculo partido político que, con la llegada de Jaggar y una ideología de caracter racista, alcanza las más altas cumbres de poder en Heldon y va expandiendo su influencia hacia territorios anexos, alcanzando el summum en una guerra fraticida con los habitantes de Zind (supuesta URSS), unos degenerados mutantes, producto de una antigua guerra nuclear en contraposición a la pureza de la raza de los habitantes de Heldon.
El autor no sólo utiliza la ideología nacionalsocialista, si no que incluso se apodera de sus siglas, su parafernalia y sus símbolos, consiguiendo alcanzar una exposición propagandística al más puro estilo totalitario:
-Exaltación de la raza
-Exageración de las características del lider, alcanzando cotas de héroe
-Ridiculización absoluta del enemigo
-...

El autor alcanza cotas insospechadas de exaltación en la continua descripción de las batallas, en las que el protagonista, con un simple golpe de garrote, descuartiza a 20 enemigos a la vez sin sufrir, en todo el libro, ni el más mínimo daño. No importa que el enemigo supere a las tropas de Heldon en multiplos de 10, ni que sean más altos, ni más fuertes: son protoplasmas sin cerebro y, sin el control de los dom, son seres que se mean y se cagan encima. Sin comentarios.

Todo esto, que no quedaría más que en un simple realto de serie B cincuentera, se ve reforzado, de forma magistral, con esa falsa crítica de las últimas páginas.

Quiero creer que el autor, en un arranque de genio, se burla de todas aquellas cosas que rodeaban (y aún rodean) a la CF más pulp y que algunos detractores tomaron por bandera:
-El caracter fálico de las armas.
-La misoginia y machismo que rodea a la CF, en la que las mujeres son meros objetos de decoración.
-Las reminiscencias homosexuales.
-Las incongruencias técnicas.

En cualquier caso, el propio autor nos desvela una parte oculta (o no) de la obra: la alienación. Por mucho que nos sintamos seres libres de prejuicios, inmunes al racismo o la xenofobia, a costa de machacar con la suciedad, la mutación, las desvirtuación del ser humano por las mutaciones, el autor consigue (en algunas partes de la novela) de parte de los seguidores de Jaggar. Y uno, pensándolo bien, se sorprende de lo fácilmente moldeables e influenciables que somos.

FIN SPOILER

Salvo que seas una persona con unos principios muy claros y tengas muy claros tus ideales, mejor no leas este libro.

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